Tener herramientas de casa o para tu carro es fundamental para tu vida diaria. Estos instrumentos en buen estado son indispensables para poder efectuar trabajos con la mejor calidad y evitar accidentes. Por esta razón, queremos hacer consciencia en ti para que revises periódicamente su estado y decidas oportunamente cuándo es necesario un cambio de herramientas del carro o de casa.
3 consejos prácticos para detectar cuándo debes cambiar tus herramientas
Tus herramientas son accesorios que forman parte de ti. Si así lo quieres ver, piensa que se trata de extensiones de tus manos. Cuando están en perfecto estado, son ampliamente útiles y te ayudarán a mantener tu casa o automóvil en la mejor condición posible. No lo tomes a la ligera, tener tus herramientas en orden puede ayudarte a ahorrar grandes cantidades de dinero y a no depender de algunos servicios mecánicos, eléctricos o de fontanería que tú mismo puedes hacer.
Además de todo esto, es importante que consideres que ninguna herramienta funciona eternamente en óptimas condiciones. Cada una de ellas tiene una vida útil. La fricción constante, la cavitación, el óxido y los esfuerzos de tensión y compresión a los que son sometidas hace que se vayan deteriorando y gastando poco a poco. Por todo esto, no renovarlas presupone un riesgo que puede ir desde no obtener los resultados esperados hasta salir lastimado por una falla inminente de estas.
Para evitarte esta situación, te presentamos ahora un listado de tres recomendaciones prácticas que te ayudarán a determinar si el tiempo de vida de tus herramientas se ha cumplido o no. Estos consejos son válidos tanto para las herramientas de tu coche como las que usas en tu hogar.
1. Revisa la cantidad de óxido
El óxido es uno de los peores enemigos de las herramientas, especialmente para aquellas que están hechas de metal (o sea, la gran mayoría). A pesar de esto, la aparición de óxido no siempre significa que debas cambiarlas. Verifica que la capa de óxido pueda eliminarse con facilidad.
También cerciórate de que el óxido no haya causado picaduras profundas. Si los daños son mínimos, con una buena limpieza quedan como nuevas. Si, por el contrario, el cuerpo de la herramienta ya está muy deteriorado o quebradizo, no lo pienses más, sustitúyela.
2. Observa si hay daños físicos
Algunas herramientas se deforman un poco o se estropean levemente con su uso. Si el daño es superficial en la herramienta en cuestión, no te conviene reemplazarla. Sin embargo, si el daño físico en el mecanismo o en el cuerpo de la herramienta impiden que esta cumpla su función, la vida de ese utensilio llegó entonces a su fin y debes cambiarlo cuanto antes. No te arriesgues por ahorrar unos cuantos pesos. Toda herramienta de calidad debe cumplir con las normas básicas establecidas en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización.
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3. Verifica su funcionamiento
Esto es especialmente válido para las herramientas eléctricas. Los criterios para cambiarlas con base a su funcionamiento pueden ser entre otros: sobrecalentamiento excesivo al utilizarse por largos periodos de tiempo, elevado consumo eléctrico y eficiencia menor a la que el fabricante indica. Si tus herramientas presentan estas características, te conviene reemplazarlas antes de que te veas inmiscuido en un accidente a causa del mal funcionamiento de estas.
Tener herramientas en buen estado puede no ser económico, pero vale la pena porque es una inversión que se te retribuirá en poco tiempo. Así mismo, podrás hacer reparaciones y trabajos de emergencia de forma más profesional y segura. Esto te ayudará a brindar una mejor calidad de vida a ti mismo y a los tuyos.
